Aquí Joe, hoy quiero hablarte de uno de esos objetos de deseo que generan más suspiros que un solo de David Gilmour: el famoso Klon Centaur. Para los que no lo conocen, el Klon Centaur es un pedal de overdrive tan mítico que algunos dicen que fue fabricado por duendes en la cima de una montaña mágica. Lo que sí es seguro es que, a día de hoy, si tienes la suerte de encontrar uno, prepárate para vender un riñón porque estos pequeños cacharros pueden costar varios miles de euros. Sí, has leído bien: miles.

La Historia del Klon Centaur y su diseñador
Lo que hace especial a este pedal es que no es solo un overdrive cualquiera. Su circuito está diseñado para mantener intacto el carácter de la guitarra, mientras añade un overdrive cálido y transparente. Por alguna razón, el Klon Centaur hace que todo suene mejor, como si le pusiera una capa de oro al sonido. Y así, el mito comenzó a crecer. Solo se fabricaron unos pocos miles entre 1994 y 2009, lo que no hizo más que aumentar su estatus de culto.

La leyenda del Klon Centaur comienza en los años 90, cuando Bill Finnegan, un tipo con una obsesión casi enfermiza por el tono perfecto, decidió crear el pedal de overdrive definitivo. Al igual que todo guitarrista, Bill no estaba satisfecho con el sonido que obtenía de los pedales disponibles en esa época. Quería algo que preservara el tono original de la guitarra, pero que le diera ese empujón extra para que su sonido brillara. Así que, después de mucho investigar, experimentar y seguramente cagarse en todo como un poseso, nació el Klon Centaur.
Bill, que para entonces ya debía estar hasta las narices de soldar componentes a mano, dejó de fabricarlos, y ahí fue cuando todo se descontroló. Los precios comenzaron a subir de una manera salvajísima, y hoy en día un Klon Centaur original puede costar tanto o posiblemente más de que lo que cueste tu coche. Pero la pregunta es: ¿realmente vale lo que cuesta?
¿Qué son los Pedales Boutique?
Antes de responder, hablemos un poco sobre los pedales boutique. Estos son como los trajes a medida de la pedalera: hechos a mano, en pequeñas cantidades, con mucho cariño y dedicación. La mayoría de ellos son fabricados por pequeños constructores que, como Bill Finnegan, están obsesionados con conseguir el tono perfecto. Utilizan componentes de alta calidad, procesos de fabricación meticulosos y, a veces, incluso circuitos secretos que solo ellos conocen. Todo esto se traduce en pedales que suenan increíbles, pero que también pueden costar un pastizal.

Los pedales boutique se han convertido en el sueño húmedo de muchos guitarristas, y no sin razón. La idea de tener algo único, hecho a mano y con un sonido espectacular es muy tentadora. Pero claro, como ocurre con todas las cosas exclusivas, el precio es alto. Entonces, ¿merecen la pena? Aquí es donde la cosa se pone interesante.
¿Es Necesario Gastar Tanto?
Ahora, la gran pregunta: ¿necesitas realmente gastarte un dineral en un pedal como el Klon Centaur, o cualquier otro pedal boutique absurdamente caro? La respuesta corta es: depende. Si eres un coleccionista que busca tener una pieza de historia en su colección, y tienes el dinero para permitírtelo, entonces adelante. Pero si, como la mayoría de los mortales, simplemente quieres un buen sonido sin hipotecar tu casa, la respuesta es un rotundo no.
Alternativas muy económicas al Klon Centaur
La realidad es que hoy en día existen alternativas más que decentes al Klon Centaur y a muchos otros pedales boutique. Marcas como Electro-Harmonix, Joyo, y TC Electronic han lanzado pedales clonan el sonido del Klon (Valga la redundancia, jeje) a una fracción del precio. Es cierto, puede que no tengan la magia mística del original, pero son lo suficientemente buenos para que nadie, ni siquiera el guitarrista más tiquismiquis, note la diferencia en una mezcla.
Además, hay algo liberador en no tener que preocuparte por pisar un pedal que cuesta tanto como una jodida Harley Davidson. Al final del día, lo que importa es la música, no el precio de tu equipo. Como guitarrista, tu objetivo debería ser crear, experimentar, y disfrutar, no estar preocupado por si alguien te roba el pedal cuando vas a dar un bolo en autobús y este para en Burgos. Así que, si me preguntas, yo digo que te hagas con una buena alternativa económica, y que uses el dinero que te ahorras en algo más útil, como clases de guitarra, cuerdas nuevas, o incluso en un par de cervezas para celebrar tu nueva adquisición.
Porque, al fin y al cabo, la verdadera magia no está en los pedales que usas, sino en cómo los haces sonar. El hábito no hace al monje, o eso dicen. ¡Salud y rock and roll!
El Tube Screamer: Historia, sonido y alternativas económicas